Estos son los problemas para la salud de comer rapido, segun una medico de aparato digestivo
El ritmo de vida actual hace que con frecuencia robemos tiempo a cuestiones tan fundamentales como la alimentacion. A menudo desayunamos algo rapido de camino al trabajo o comemos a toda velocidad para ganar un rato que nos permita ser mas productivos o sentir que mejoramos la conciliacion de nuestra vida laboral y personal.
Silvia Gomez Senent
Mas alla de otras reflexiones en torno a esta cultura de la prisa, es interesante poner en una balanza el tiempo y la salud y detenerse unos minutos a valorar las posibles consecuencias de comer demasiado rapido. ¿Ha experimentado alguna vez un exceso de gases? ¿Suele tener digestiones pesadas? ¿Cuanto tiempo hace que no presta atencion a sus sensaciones de hambre y saciedad?
Excedente de gases
En lo que se refiere al primer problema, la deglucion excesiva de aire durante y entre las comidas se denomina aerofagia. Puede provocar desde una leve incomodidad y sensacion de pesadez e hinchazon hasta dolor y distension abdominal (un aumento objetivo y visible del diametro abdominal tras la ingesta de alimentos).
El contenido normal de gas en el tubo digestivo cuando estamos en ayunas es de aproximadamente 200 mililitros. Si esta cantidad aumenta de forma importante, los mecanismos fisiologicos para su expulsion pueden volverse muy molestos. Ese volumen depende del equilibrio entre la ingesta y la produccion de gas y su eliminacion, en forma de eructos, flatulencias o a traves de su consumo por la microbiota intestinal.
Uno de los principales factores de aumento tanto de la ingesta de aire como de la produccion de gas es comer rapido, aunque tambien pueden contribuir el consumo de chicles, el tabaquismo o las alteraciones de la citada microbiota.
Sobreesfuerzo digestivo
Por otro lado, al comer deprisa el tiempo de masticacion disminuye y los alimentos llegan al estomago practicamente enteros, lo que hace necesaria una mayor produccion de jugos gastricos para poder digerirlos de forma adecuada. Esto, que exige ademas un mayor esfuerzo metabolico, causa la molesta sensacion de pesadez e indigestion que acompaña a las comidas expres.
Otro aspecto que puede verse influido si no masticamos lo suficiente –y no permitimos, por tanto, la accion de las enzimas orales– es la absorcion de alimentos en el intestino delgado. Entonces, y a pesar de los esfuerzos del estomago por compensar este deficit, la comida puede alcanzar el intestino sin estar lo suficientemente digerida.
No llega la señal de parar
Si nos centramos ahora en las mencionadas sensaciones de hambre y saciedad, tendremos que hacer referencia al eje intestino cerebro, ya que este ultimo organo es el responsable de enviar las señales que orquestan el proceso de digestion, por un lado, y la necesidad de buscar alimento o ayunar, por el otro.
Dos hormonas, la leptina y la grelina, regulan respectivamente la saciedad y el hambre. Una vez que vemos, olemos y comenzamos a ingerir un alimento, la primera tarda entre 20 y 30 minutos en activarse. Cuando comemos muy rapido, ingerimos cantidades que superan nuestras necesidades energeticas reales, dado que la leptina no tiene tiempo de avisarnos de que ya estamos saciados.
Si aun no ve la balanza tiempo-salud claramente inclinada, varios estudios muestran relacion entre la velocidad a la que comemos y los factores de riesgo cardiovascular, los niveles elevados de trigliceridos y el incremento de posibilidades de padecer sindrome metabolico (que aumentan hasta en un 59 %) o desarrollar sobrepeso y obesidad, especialmente en poblacion diabetica.
Merece la pena detenerse un poco, sentarse y disfrutar de un pausado desayuno o una tranquila comida. Mastique despacio y preste atencion a su saciedad. Invierta tiempo y gane salud.
Este articulo fue publicado originalmente en The Conversation.
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Fuente: www.mmmedicalpr.com